Aquí os dejamos esta información sobre los tratamientos para la espondilitis que creemos que podrá responder a algunas dudas sobre ellos.
Los
objetivos del tratamiento contra la Espondilitis Anquilosante son: Aliviar el
dolor, la inflamación y la rigidez, mantener el movimiento y la flexibilidad de
la columna vertebral, así como limitar la deformidad de las articulaciones.
Entre los tratamientos actualmente disponibles, se encuentran:
• AINE (antiinflamatorios
no esteroideos)
Suele ser el
tratamiento de inicio en la Espondilitis Anquilosante. Los AINE disminuyen el
dolor y la inflamación, aunque a veces pueden producir úlceras y hemorragias
gástricas.
• Tratamientos para
la piel
Los corticosteroides alivian el dolor y la inflamación y, en
los casos más severos, pueden llegar a retrasar el daño en las articulaciones.
Administrados de manera continua, pueden originar diversos efectos secundarios,
pero son útiles para tratar puntualmente los brotes inflamatorios. Los posibles
efectos secundarios son: Aumento del apetito, aumento de peso e indigestión.
Los esteroides también pueden originar diabetes o
empeorarla. Otros efectos secundarios pueden ser:
Fragilidad ósea, fragilidad cutánea, glaucoma, cataratas e
hipertensión arterial. También pueden causar nerviosismo e inquietud.
Otros tratamientos para la Espondilitis Anquilosante consisten
en medicamentos que no sólo combaten los síntomas, sino también la propia
enfermedad. Estos medicamentos se denominan FAME (Fármacos Antiinflamatorios
Modificadores de la Enfermedad).
• FAME convencionales
Los FAME convencionales ayudan a prevenir el daño en las
articulaciones y pueden producir una mejoría importante en muchos pacientes. Se
emplean en los casos más severos y cuando se ven afectadas otras articulaciones
además de la columna. Los posibles efectos secundarios son: Erupciones
cutáneas, úlceras bucales, molestias digestivas, alteraciones hepáticas y/o
renales, alteraciones hematológicas, trastornos de la visión y otros.
• FAME biológicos
En los últimos años, la aparición de los FAME biológicos ha constituido
un sustancial avance en el tratamiento de la Espondilitis Anquilosante. Estos fármacos
bloquean el exceso de TNF-a y, por lo tanto, detienen el proceso inflamatorio
que acaba dañando las vértebras y otras articulaciones del cuerpo. Este tipo de
medicamentos se inyectan por debajo de la piel o se administran por vía
intravenosa. Los posibles efectos adversos de los FAME biológicos son: Inflamación
en el lugar de inyección, reacciones alérgicas graves tras la infusión,
cefalea, erupción cutánea e infecciones en el tracto respiratorio superior.
Antes de recibir cualquier medicamento biológico, su médico debe comprobar la
ausencia de signos y síntomas de tuberculosis.
•Ejercicio
El ejercicio es una parte esencial de cualquier terapia para
la Espondilitis Anquilosante. La rehabilitación, con ejercicios físicos
orientados a fortalecer la espalda, a evitar la rigidez y la pérdida de
movilidad, constituye un pilar muy importante en el tratamiento de la
Espondilitis Anquilosante. Resulta especialmente recomendable una práctica
deportiva que permita la extensión de la espalda y que mantenga la movilidad en
hombros y caderas, como, por ejemplo, la natación.
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